A favor de dotar al personal de la DGI con los recursos que necesita.

Un servicio eficiente por parte de los funcionarios de la Dirección de Ingresos requiere más que trabajar los sábados.  También requiere que ese personal tenga las herramientas necesarias, el presupuesto adecuado y la motivación correcta.

El reciente anuncio del Director de Ingresos sobre las jornadas de trabajo sabatino en la DGI refleja la ineptitud de su antecesor, la falta de recurso humano de la institución y la inhabilidad para nombrar nuevo personal.

¿Hasta qué punto la ineptitud de su antecesor afectará a Publio Cortés? La respuesta de esta interrogante no la sabemos y animamos a las actuales autoridades a dar a conocer qué tan grande es la deuda que ese personaje dejó en número de expedientes por tramitar. 

Sabemos que hay más de 6,000 trámites por hacer, algunos de los cuales están en cajetas (vea noticia).  Sabemos que el director actual pudo tramitar la mitad de las 1200 devoluciones que heredó de Cucalón (vea noticia).  Trámites estos que durmieron por más de 4 años ante la inacción de Cucalón.

¿Cuántas sorpresas más hay? y ¿Con qué herramientas se atacarán esas sorpresas?

Sabemos que el actual director encabeza un sacrificio que incluye la rebaja a la mitad de su sueldo luego de la eliminación de la ANIP y las jornadas sabatinas anunciadas, pero sabemos también que a punta de horas extras no se suple la falta de personal, el desgano y carencias presupuestarias.

El personal de la DGI está apaleado por años de mal trato que incluyeron 130 denuncias falsas por parte de la institución (vea noticia), pinchazos telefónicos y un supuesto uso del polígrafo (vea noticia).

¿Quién trabajaría en un lugar donde le pinchan el teléfono, lo someten a un polígrafo y lo denuncian falsamente?

Sabemos de muchos que hoy trabajan en esa institución a pesar de los pésimos tratos recibidos, falta de personal y bajos salarios.  Sin embargo, para sumar más a estas filas es necesario garantizar que estos malos tratos no pasen más.

Estas condiciones no se logran sólo con trabajar los sábados.  Estas condiciones se logran con la ley de carrera administrativa que por años está pendiente y con las sanciones que merece quien denunció falsamente a 130 funcionarios de la DGI, les pinchó sus teléfonos y los sometió al polígrafo.

Con el fin de garantizar que alguien se quiera sumar a esa institución, esperamos que las autoridades actuales revelen a quién se le pinchó en la DGI, dónde reposan esas conversaciones y quién fue el morboso que las escuchó.  Esperamos también que se diga a quién se le ordenó someterse a la prueba del polígrafo y que no quede esto como una “leyenda urbana”.

También esperamos que se diga a quién se denunció falsamente en la DGI ya que 130 denuncias para no tener, luego de 5 años, a ningún condenado revela, la intención de botar a honestos para nombrar corruptos. Sólo así lograremos que no se tenga que trabajar los sábados y que el personal de la DGI sea el necesario para sacar el trabajo a tiempo y en un horario de lunes a viernes.

Confiamos que nuestras autoridades sepan que a la DGI sólo se incorporará personal en la medida en que las condiciones mejoren lo que incluye no tener que trabajar los sábados para tapar el hueco del personal no nombrado aún. Tenemos la esperanza de ver a la DGI dotada con el recurso presupuestario que alegremente se sacrifica en beneficio de un cobrador privado.

Esperamos que las nuevas autoridades hagan válidas las promesas de estabilidad, garanticen buen trato y revelen qué sanción recibirán los responsables del maltrato al personal de la DGI.

(Lea editorial anterior).